Perú se ubica en el puesto 61 de 63 en competitividad digital y podemos caer más si es que no se reactiva el total del comercio electrónico, advierte CAPECE.
Todo parecía apuntar a que la anunciada reactivación del comercio electrónico sería el salvavidas que necesitaban alrededor de 5 millones de microempresarios a nivel nacional, para oxigenar su golpeada economía. Sin embargo, la reciente publicación de la Resolución Ministerial N° 138-2020-PRODUCE sorprendió a todos por su aparente falta de consideración con el sector responsable del 77% del empleo nacional, y con el 42% de peruanos que ha dejado de recibir su salario producto de la cuarentena; beneficiando solo a las grandes empresas.
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Esta normativa permitirá a la ciudadanía acceder a comprar productos no sólo de primera necesidad, sino también adquirir todo aquello que necesiten para mejorar las condiciones dentro de sus casas durante el tiempo que deben permanecer en ellas. Es así que, en esta primera etapa, se están habilitando a empresas que cuenten con las condiciones óptimas para cumplir con los protocolos de seguridad necesarios para evitar contagios.
A todo ello, debe tenerse en cuenta que una microempresa, sin experiencia en operatividad de comercio electrónico, vendiendo de manera informal, no podrá tener la capacidad y responsabilidad de invertir en lo que se necesita para cumplir con los protocolos de bioseguridad propuestos para entregas bajo la contingencia del coronavirus: mascarillas, alcohol concentrado en gel, guantes quirúrgicos desechables, jabas plásticas, alfombra piso-bus, entre otros. Se necesita un plan nacional de alfabetización digital efectivo con urgencia.
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Vale la pena resaltar que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) considera pequeña empresa aquellas cuyas ventas anuales no superan los 1,700UIT (S/.7.3 millones). Cuando la resolución menciona como requisito facturar ventas anuales por montos igual o mayor a S/.3 millones anuales, podríamos decir que las PYMES están en ese rango. (No MYPES).
Sin embargo, existen graves malinterpretaciones sobre la operatividad de comercio electrónico que se necesitan corregir y mejorar en el muy corto plazo, sobre todo ahora que se ha ampliado una vez más la cuarentena:
1.- El comercio electrónico no necesita de locales físicos para operar, por el contrario, hay empresas que son 100% digitales. Bajo esta premisa, Amazon, el gigante del comercio electrónico, no podría operar en Perú con estas restricciones. Empecemos por definir que es comercio electrónico:
“El Comercio electrónico consiste en la producción, distribución, mercadeo, venta o entrega de bienes y servicios por medios electrónicos a empresas, hogares, individuos, gobiernos u otras organizaciones públicas o privadas”
Según Organización Mundial del Comercio (OMC)
Podemos inferir que un bodeguero podría vender en línea incluso desde un whatsapp, siempre y cuando esté acompañado por empresas que le permitan ofrecer la seguridad y formalidad de cara al cliente, como cobrar desde un link de pago autorizado por una empresa formal.
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Vale la pena resaltar que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) considera pequeña empresa aquellas cuyas ventas anuales no superan los 1,700UIT (S/.7.3 millones). Cuando la resolución menciona como requisito facturar ventas anuales por montos igual o mayor a S/.3 millones anuales, podríamos decir que las PYMES están en ese rango. (No MYPES).
Sin embargo, existen graves malinterpretaciones sobre la operatividad de comercio electrónico que se necesitan corregir y mejorar en el muy corto plazo, sobre todo ahora que se ha ampliado una vez más la cuarentena:
1.- El comercio electrónico no necesita de locales físicos para operar, por el contrario, hay empresas que son 100% digitales. Bajo esta premisa, Amazon, el gigante del comercio electrónico, no podría operar en Perú con estas restricciones. Empecemos por definir que es comercio electrónico:
“El Comercio electrónico consiste en la producción, distribución, mercadeo, venta o entrega de bienes y servicios por medios electrónicos a empresas, hogares, individuos, gobiernos u otras organizaciones públicas o privadas”
Según Organización Mundial del Comercio (OMC)
Podemos inferir que un bodeguero podría vender en línea incluso desde un whatsapp, siempre y cuando esté acompañado por empresas que le permitan ofrecer la seguridad y formalidad de cara al cliente, como cobrar desde un link de pago autorizado por una empresa formal.
COMERCIO ELECTRÓNICO = NO AGLOMERACIONES.
Es contradictorio fomentar la apertura de tiendas físicas, cuando el mensaje que necesita entender la ciudadanía es permanecer en casa. Considerando que el 80% de la venta retail Online se da con recojo en tienda, no tiene sentido fomentar aglomeraciones si el comercio electrónico puede ayudar a que el 100% de las personas reciban sus compras en la seguridad de sus hogares.
2.- El comercio electrónico ahora representa la mitad del consumo privado, todo ello gracias al ingreso de pequeños negocios como bodegas y veterinarias, quienes han incorporado plataformas digitales seguras para ayudar a acercar su oferta a consumidores que compran de manera responsable sin exponer a sus familias.
3.- Exigir a las empresas que se tenga facturación a través de su plataforma de comercio electrónico, por un monto no menor al 2% de las ventas anuales en el 2019, no solo afecta directamente a miles de microempresarios, sino que también deja afuera incluso a grandes tiendas, quienes han empezado a vender online a mediados del 2019 y pese a ser marcas reconocidas, ni siquiera ellos llegan a los niveles de facturación exigidos
4.- Exigir a los comercios efectuar el despacho a domicilio, con servicio de entrega propio, es una lectura muy ambigua, y se puede interpretar como que se debe dejar de lado a los operadores logísticos, quienes tienen la experiencia y la tecnología para realizar entregas de manera eficiente y segura.
5.- Al mencionar que las empresas autorizadas podrán operar únicamente en Lima Metropolitana, es regresar al cliché de toda la vida: ¡El Perú no es Lima!, y el comercio electrónico tampoco. Este se desarrolla 60% en Lima Metropolitana y 40% en el resto del país, y puede ser la palanca que las empresas en el interior del país necesitan para vender sus productos al menos en su misma ciudad.
Cabe mencionar que en ningún país de la región se ha limitado la activación del comercio electrónico. Se han permitido vender todas sus categorías y a nivel nacional.
Es contradictorio fomentar la apertura de tiendas físicas, cuando el mensaje que necesita entender la ciudadanía es permanecer en casa. Considerando que el 80% de la venta retail Online se da con recojo en tienda, no tiene sentido fomentar aglomeraciones si el comercio electrónico puede ayudar a que el 100% de las personas reciban sus compras en la seguridad de sus hogares.
2.- El comercio electrónico ahora representa la mitad del consumo privado, todo ello gracias al ingreso de pequeños negocios como bodegas y veterinarias, quienes han incorporado plataformas digitales seguras para ayudar a acercar su oferta a consumidores que compran de manera responsable sin exponer a sus familias.
3.- Exigir a las empresas que se tenga facturación a través de su plataforma de comercio electrónico, por un monto no menor al 2% de las ventas anuales en el 2019, no solo afecta directamente a miles de microempresarios, sino que también deja afuera incluso a grandes tiendas, quienes han empezado a vender online a mediados del 2019 y pese a ser marcas reconocidas, ni siquiera ellos llegan a los niveles de facturación exigidos
4.- Exigir a los comercios efectuar el despacho a domicilio, con servicio de entrega propio, es una lectura muy ambigua, y se puede interpretar como que se debe dejar de lado a los operadores logísticos, quienes tienen la experiencia y la tecnología para realizar entregas de manera eficiente y segura.
5.- Al mencionar que las empresas autorizadas podrán operar únicamente en Lima Metropolitana, es regresar al cliché de toda la vida: ¡El Perú no es Lima!, y el comercio electrónico tampoco. Este se desarrolla 60% en Lima Metropolitana y 40% en el resto del país, y puede ser la palanca que las empresas en el interior del país necesitan para vender sus productos al menos en su misma ciudad.
Cabe mencionar que en ningún país de la región se ha limitado la activación del comercio electrónico. Se han permitido vender todas sus categorías y a nivel nacional.
EL COMERCIO ELECTRÓNICO PERUANO HA SUFRIDO LA PEOR CAÍDA DE LA REGIÓN
En el Perú, la frecuencia promedio de compras Online era de 1 vez al mes y con la pandemia del COVID-19, la frecuencia podría aumentar hasta 4 veces por mes. Asimismo, la desconfianza siempre ha sido la gran barrera para el desarrollo del comercio electrónico en el país, pero bajo el actual contexto, el consumidor peruano ha bajado su resistencia, estableciendo esta nueva forma de comprar como la forma de seguir adelante: Moviendo el comercio, las empresas y al país.
“Como gremio de empresas que forman parte de la industria del comercio electrónico en el Perú, pedimos al Señor Presidente, que no perdamos esta oportunidad irrepetible, para elevar el índice de competitividad digital de nuestro país, que actualmente se ubica en el puesto 61 de 63, y aceleremos las siguientes fases de reactivación”,
Exhortó Helmut Caceda, Presidente de la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE).
ACERCA DE CAPECE
La Cámara Peruana de Comercio Electrónico, el gremio de empresas que forman parte de la industria del comercio electrónico en el Perú, es la plataforma de negocio que necesitan las empresas para vender en Internet: Conectarte y aprender con los TOP PLAYERS de la Industria digital, acelerar sus ventas online y certificar que vendes CON CONFIANZA. Desde el año 2007 viene trabajando con un solo propósito: Acelerar el crecimiento de empresas y profesionales, mediante la correcta adopción del comercio electrónico.